jueves, 11 de septiembre de 2014

XL..- Cuatro: OTRA VEZ CARBALLO ...

...y siempre que me acuerde de algo de sus clases.


Esta vez no le atribuyo a Manoliño esta anécdota porque yo soy uno de los tres personajes que intervinieron en ella: don Ricardo, que tiraba de los hilos ,  Emilio Ballagas, y yo que fuí el verdadero Manoliño de esta historia.

BALLAGAS
En una de las muchas ocasiones que Don Ricardo nos mandó presentarle por escrito el texto de un poema con nuestro nombre al pie de página, a mi se me ocurrió la idea de presentarle un fragmento de un poema clásico de Emilio Ballagas. Una canción de cuna de las poquísimas que se han escrito para que un padre se la recite a su hijo.

Emilio Ballagas nació en Camaguey en 1910 y murió en la Habana en 1954 , siendo autor de numerosos trabajos literarios de ternura y amor. Sus versos estuvieron de moda en la década del año 1930 y parte de la del año 1940 que es cuando lo leí yo.   Curiosamente era de raza blanca y algunos críticos dijeron de él que quien mejor comprendería a Ballagas sería un padre que leyera a su hijo un poema de aquel cubano.

Yo le recité a mi hijo bebé este poema completo varias veces incluso delante de mi mujer y todavía hoy, que mi hijo ya es un mangallón que pasa de los cincuenta años, siento emoción al releer la canción de cuna de Ballagas y me pongo casi a punto de pingar el moco.

Parte de este poema, que es todo ternura, se lo recité  a Claudina, una maestra negra que le dio clase a mis hijos en Guinea y ella supo quien era el autor porque conocía a fondo la obra de Ballagas. La maestra estaba encantada de haber demostrado su preparación ante los padres de sus alumnos, porque cuando íbamos mi mujer y yo a enterarnos de la marcha escolar de nuestro hijo y de nuestra hija, nos hablaba por los codos de Ballagas y creo que esto  influía algo en la excelentes  notas que les ponía a nuestros hijos...

El fragmento que le `presenté a Don Ricardo y que recité en clase me valió, aparte de aguantar el cachondeo generalizado de la clase, un disgusto primero y muchas satisfacciones después. El disgusto fue porque Don Ricardo me hizo recitar el poema - pero completo - en el aula de la sección femenina de mi propio curso de bachillerato, bochorno que duró algún tiempo..
Después la satisfacción, Don Ricardo me puso mi mejor nota en Literatura de todos los tiempos por mi sensibilidad poética y por lo bien que había recitado aquel poema que en realidad es la única canción de cuna  que conozco para que un padre se la cante a su hijo. Ahora como soy viejo ya puedo comentar sin ponerme colorado lo buen recitador que fui..

  CANCIÓN DE CUNA.
  (Emilio Ballagas)

  Dormiti mi negre,              
  Dormiti ningrito,        
  Caimito y merengue,
  Merengue y caimito.

  Dromiti mi nengre,
  mi nengre bonito.
  ¡Diente de merengue,
  bemba de caimito !

  Cuando tu sia glandi
  va a se bosiador...
  Nengre de mi vida
  nengre de mi amor...

  Mi chirivicoquí,
  chirivicocó...
  ¡Yo gualdá pa ti
  tajá de melón!
  ................
En la entrada "Imagenes de el Camarón de Malabo"  hay un PPS con este poema clásico completo de Ballagas recitado por el el poeta venezolano Balbino Blanco Sánchez.(fallecido en 1997) aunque lo siento pero me gusta más como lo recito yo...

Y hubo segunda parte de satisfacciones, porque, pasado algún tiempo, el Director me llamo a su despacho y me dijo que había sido elegido para recitar, con motivo de los actos de festividad del Santo Ángel de la Guardia, que era el patrón del Centro de Enseñanza General, un monólogo basado en una adaptación de "EL CADICEÑO" de Rosalia de Castro.
Tengo el convencimiento de que Don Ricardo era el autor del monólogo y el instigador de semejante encerrona.porque Don Ricardo fue uno de los más importantes estudiosos de esta pequeña obra de Rosalía a la que se refirió en varias ocasiones..
La historia completa de esta segunda parte la contaré en otra ocasión...


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