sábado, 27 de septiembre de 2014

LIX.- La princesa está triste.




Felix Rubén García Sarmiento.



Don Ricardo Carballo Calero

En la foto de la izquierda está Rubén Darío, (cuando era embajador en  Madrid) y en la foto de la derecha aparece Don Ricardo tal como yo recuerdo.
En el II  artículo sobre  Don Ricardo Carballo de este blog contaba como se cayó Manoliño de la tarima recitando Sonatina, aquel precioso poema de Rubén Rubén Darío. Como el poema quedó interrunpido en el verso del bufón creo que vale la pena repetir aquí el Poema completo en consideración a su belleza.


SONATINA. 

La princesa está triste...¿Que tendrá
la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de
fresa,
Que ha perdido la risa que ha perdido el
color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
Está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos
reales.
Parlanchina la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿ Piensa acaso, en el príncipe de Golconda o
de China,
o en el que ha detenido su carroza
argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas
fragantes?
o en el que es soberano de los claros
diamantes,
o en el dueño Orgulloso de las perlas de
Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser
mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del
mar.
Ya no quiere el palacio. ni la rueda de
plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón
escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la
corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del
Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del
Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, esta presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardias,
que custodian cien negros con sus cien
alabardas, un dragón que no duerme y un lebrel
colosal.
¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la
crisálida!
(La princesa está triste, la princesa esta
 pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra dónde un
príncipe existe!
-la princesa está pálida, la princesa está
triste-,
más brillante que el alba, más hermoso
 que abril!
- Calla, calla, princesa - dice el hada
 madrina -
En caballo, con alas, hacia acá se
 encamina,
 en el cinto la espada y en la mano el azor,
y feliz caballero que te adora sin verte,
y llega de lejos, vencedor de la
 Muerte,
 a encenderte los labios con un beso de
amor.



La poesía.
Esta alegoría pintada por Goya para el palacio de Godoy, actualmente se encuentra en
el Museo Nacional de Estocolmo (Suecia). 

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