miércoles, 31 de diciembre de 2014

ESTE DÍA ES TIEMPO DE AÑORAR..

Y hoy añoro muchas cosas del pasado... sin dejar de disfrutar de lo que tengo en el presente.


El orgulloso padre, investido de padrino, llevando a su hija Ana, al altar.


Mi hijo Ramón, el " samurai ", con su novia Yuko, vestidos para la ceremonia nupcial.
El kimono que viste ella se llama Shiromoku y el traje de él , Hakama




Engalanados, marido y mujer, para recibir a los invitados al banquete de boda.
El Kimono que viste ella se llama Uchikake.

 Yuko, todavia soltera, con el quimono de manga larga.
El Kimono de soltera que viste se llama Furisode.



Los abuelos paternos soltando baba y pasándolo bomba con la primera nieta, Erika,  en Noviembre de 1995, 
mientras que ella parece pedirle socorro al fotógrafo que es su padre (el samurai). 




La muy feliz abuela en Londres, con sus nietas Erika y Selina,  en Octubre del 1996.




Una charla seria pero amistosa en el 2000, del nieto Enrique, que es el menor de los nietos, con el abuelo Ramón,
que soy yo. En esta época Enrique me llamaba " lelo"...pero sin mala intención.




Y este es Moncho, el proyecto de samurai, hoy Don Ramón,   con su pequeña hermana Ana,
que igual soy tan utópico, o estoy tan "lelo" como para  afirmar que gustaría verlos siempre así.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Mi segunda novela (y Tres)

CAPITULO III

Desenlace.

Donde se aclaran las partes más turbias de la historia y se enturbian las más claras.


Poco a poco nos fuimos enterando de la catadura de Gúdula y de los que llegaron tras ella a través  de los informes recibidos de la Interpol sobre los tres. Y también lo que ya sabía la policía sobre Pepitillo el peluquero ,  que coincidía con lo que sabía de él cualquier asiduo a los tertulias nocturnas del  Café Góngora, regentado por Don Herminio Brasas, entre los que estaba nuestro barbero de caballeros Feliciano, que aportaba mucho conocimiento y noticias sobre Caracona que fué extraditado, juzgado  y condenado a prisión convicto de asesinato por un tribunal de Líbano.

Dorgan, a pesar de los millones que heredó de Gúdula o quizá por ello, enfermó repentinamente, porque la hemodiálisis produce una ateroesclerosis que en este caso fue galopante porque Dorgan no se cuidaba y se ponía morado de percebes, cigalas, nécoras y centollas, y de chuletones de ternera de Ávila de medio Kilo medio hechas, y de filetes de doble ancho de ternera gallega point y de cenas pantagruelicas a base de zarzuelas de pescado.   Dorgan estaba acabado y próximo a la muerte.

Dorgan llamó a la Policia diciendo que quería confesar y el pobre Carracedo fué llamado por cortesía como testigo porque en realidad al acto de la confesión asistió hasta el Director General de la Policia. Por mi parte conseguí asistir haciendo que Carracedo me llevara para empujarle la silla de ruedas en la que estaba postrado desde hacía tres años. 
Dorgan confesó que había asesinado a Gúdula porque ella no quería divorciarse, y que además le ponía los cuernos con todo lo que se movía, lo que llegó a ser francamente insufrible para  él. Confesó que se había desdoblado, permaneciendo su parte inerte en la silla de hemodiálisis ante diecisiete testigos mientras que su parte espiritual invisible se transportaba al Hotel Emilio para  materializarse y cometer aquel terrible asesinato, narró con todo detalle el estrangulamiento por el que aparecían sus huellas en el cuello de Gúdula y la postura ´ritual en que puso a la víctima y además sabía del símbolo satánico que apareció allí pintado en un espejo con carmín, detalle que siempre se conservó secreto.   

Unos lo creyeron y otros no. Los que creían decían que un  moribundo no miente y sus huellas en el cuello de Gúdula lo demostraba. Los que no lo creían decían que el desdoblamiento astral no existía y que Dorgan era un desgraciado que solo quería reírse de la policía... 

Dorgan palmó, el Estado heredó su fortuna y el caso del asesinato de Gúdula se archivó otra vez inacabado.

Dos años más tarde llegaron a España los restos de Caracona, fallecido en una prisión de las afueras de Beirut, en dos cajas, una con su yerto cuerpo y otra con sus objetos personales entre los que había unos extraños guantes con las huellas digitales de Dorgan fundidas en el latex, y una libreta de ahorro del Crédit Lyonnes con una imposición de 500.000 francos suizos hecha a la semana de morir Gúdula. La libreta estaba indistintamente a nombre de Juana Machado López y de Juan José Machado López, hijo de padre desconocido y de Juana Machado López, según el pasaporte que aparecía con el resto de objetos personales.

Esta vez el expediente del caso del Hotel Emilio se cerró señalando como presuntos asesinos a Juan José Machado López, (a) Caracona,  de padre desconocido e hijo  de Doña Juana Machado López (a) Juanita Pipermint, en calidad de autor, fallecido, y  Dorgan Maceiras Villagrande marido de la víctima, también actualmente fallecido, en calidad de cómplice e instigador... 

Como Doña Juana Machado López también se había muerto y tanto Juanjo como Juanita no tenían herederos, los 500.000 Francos Suizos fueron depositados en el Tesoro Público.  
Pero el Comisario y yo, seguimos varios años más elucubrando y reuniéndonos en el Café Góngora con Feliciano y con Don Herminio, jugando a la garrafina, fumando al principio porque todavía no era dañino fumar, y haciendo cábalas sobre por qué estaría Gúdula en el Hotel Emilio - ¿invitada por Dorgan?- , sobre dónde estarían aquellos guantes de latex cuando se registraron varias veces las pertenencias de Caracona, y sobre todo donde llevaba la libreta de ahorro - ¿quizá la tenía Juanita y se la remitió por correo certificado a Beirut?- ¿esto convertía a Juanita en cómplice? aquella libreta  con los más de 400.000 euros, sobre cuando era un sospechoso reclamado por la Interpol y sobre cómo ocultarla cuando fue extraditado al Líbano. .. etc. 







Mi segunda novela (Dos)

Capitulo II.


Nudo.

Donde todo se lía un poco. 

Volviendo al Ex-Comisario de Policía Don Gumersindo Carracedo, el Comisario por antonomasia, el recientemente jubilado y flamante novio de Matilde. que ahora trabaja de Investigador privado, que se dedica a desenmascarar  presuntos estafadores de las compañías de seguros porque simulan ser víctimas de accidentes incluso de tráfico y  a descubrir muy abundantes casos de infidelidad conyugal. Gumersindo viste chaquetas de cuadros y corbatas de pajarita de colores chillones, fuma en pipa y conduce un Volvo que ya tiene veinticinco años, pero muy bien conservado, porque el Comisario había tenido coche oficial casi toda su vida profesional y no necesitaba usar el suyo, pero los fines de semana  le había dedicado al Volvo innumerables horas de ocio, arrancándolo de vez en cuando, moviéndolo del sitio y manteniéndolo limpio como si fuera nuevo. Resulta que se encontró inesperadamente movilizado  para ejercer de Comisario Independiente con la misión de resolver el caso del Hotel Emilio, cuando casi nadie sabía todavía los turbios antecedentes de Gúdula. La gente se arremolinaba frente a la Comisaría pidiendo justicia para Gúdula  y la movilización de Carracedo era lo mejor que tenía la Policia para hacer callar a la gente. 

La prensa local describió a la muerta como una mujer hermosísima de ojos y pelo negros y facciones nobles, misteriosa, de boca preciosa de labios carnosos y de  casi  un metro ochenta de estatura, que aparecía en una postura que hacía pensar en una muerte ritual. Gúdula, la Gúdula que recordábamos todos no respondía a esa descripción. Sabíamos que había regresado guapa, pero no teníamos tanta imaginación como el periodista que redactó la crónica de sucesos, nadie que hubiera conocido a la Gúdula antigua, pensaría que ahora era tan guapa a menos que la hubieran visto al regresar. Yo sí que  la había visto en la Estación Nueva del Ferrocarril el día de su llegada y quedamos en el Café de Poniente porque quería que la asesorara para comprarse un coche y volví a estar con ella varias veces más.
Aseguro que esta nueva Gúdula era la mujer más guapa que he visto jamás porque además volvió tan culta y refinada, tan simpática, insinuante e inteligente, que estoy virtualmente enamorado de ella. Nunca entendí como apareció muerta en el Hotel Emilio, un lugar de encuentros procaces, situado frente al Puticlub del pueblo saliendo a la izquierda, por la carretera de Asturias.  Por todo ello haré lo posible para ayudar a Carracedo a descubrir que ha pasado realmente, lo prometo. Y supe quién era la muerta porque me enseño una foto mi amigo Frank, que trabajaba para el forense y en seguida avisé de la identidad del fiambre al Comisario... A partir de este momento ya quedé en contacto permanente con él hasta que finalmente se resolvió y se archivó el caso. Todavía nos vemos algunas veces en el Café Góngora para seguir haciendo conjeturas, porque todavía hoy transcurridos diez años no se sabe a ciencia cierta quien asesinó a Gúdula.

Teníamos tres sospechosos, Dorgan, Pepitillo el peluquero y  Caracona.

Dorgan era el más sospechoso porque sus huellas aparecían en los cardenales del cuello de Gúdula, pero Dorgan tenía una coartada perfecta porque en un amplio entorno de la hora del crimen estaba hospitalizado en Hemodiálisis con el cuerpo aferrado a una máquina, y con más de diecisiete testigos. 

Caracona es un macarra nacido y criado en casa de Juanita Pipermint, cuyo verdadero nombre era Juana Machado López de profesión madame, que ahora, ya estropeada, fané y escangallada y semejante a un esqueleto viviente con una percha en el escote bajo la nuez que cantaría Carlos Gardel, regenta su propio negocio de lenocinio en la parte vieja de la Ciudad. Juanita Pipermint siempre negó que Caracona fuera hijo suyo, pero siempre quiso hacer de él un hombre de bien, matriculándolo para estudiar, casualmente con Dorgan, con Gúdula y conmigo, pero Juanjo que así se llamaba Caracona, era un guarro y un borrico y duró muy poco en el Colegio. El Director era un militar retirado y no toleró de ninguna manera las salidas de tono de Juanjo por lo que decretó su expulsión.
Caracona terminó siendo  el probador y  tasador de putas nuevas para fijar las tarifas en la casa de Juanita y Juanita entendía que por fin Caracona hacía algo de provecho. Caracona se fue a buscar fortuna en los centros de pecado más famosos del mundo, como Hamburgo por ejemplo, o Beirut y allí se encontró de nuevo con Gúdula, cuando era pobre, y con Dorgan, cuando todavía le funcionaban los riñones. Caracona, que había retornado al pueblo coincidiendo prácticamente con el regreso de Dorgan que a su vez había vuelto un mes después que Gúdula. Caracona que era vigilado estrechamente a petición de la Interpol porque estában reuniendo pruebas contra él de la presunta autoría de un asesinato ocurrido en Beirut, poco antes  de volverse a España. Caracona, que fue  expulsado del Hotel Emilio por intento de robo de un equipaje, en el vestíbulo, tres días antes de la muerte de Gúdula en el mismo Hotel. Caracona que no se sabe de que vivía, aunque se sospechaba que le pagaba Juanita Pipermint por algo quizá inconfesable... pero como no se encontró ninguna prueba contra él... tuvo que ser eliminado también de la lista de sospechosos.

Pepitillo el peluquero de señoras, que si bien se hace pasar por gay como tapadera, vistiendo de color rosa y llevando siempre un perrito faldero en brazos, en realidad es un prostituto gigoló, que en ocasiones también hace de chapero. Habría peinado a Gúdula por lo menos diez veces, frecuentaba el Bar del Hotel Emilio y era dueño del Puticlub de enfrente. En la habitación donde murió Gúdula apareció un peine de peluquero profesional que tenía las huellas de Pepitillo, pero Pepitillo no había peinado a Gúdula el día de autos y no se encontró ninguna prueba contra él por lo que también hubo que descartarlo como sospechoso, considerando que el peine era solamente una prueba circunstancial.. 

Volviendo a Dorgan, que en principio sólo había contra él que fuera compañero de  curso de Gúdula en el bachillerato  y que hubiera regresado al mismo tiempo al pueblo, pronto muy pronto empezaron a acumularse otras circunstancias que lo convirtieron nuevamente en el sospechoso principal.
Por lo de pronto se supo que estaba casado con Gúdula, pero separado, y aunque reclamaba un divorcio insistentemente  que no obtenía porque Gúdula no estaba dispuesta a compensarlo económicamente, cosa que podría ocurrir en un divorcio llevado con marrullerías propias de Dorgan y que Gúdula temía.
Se supo que Dorgan había estado viviendo en Salem de América, en York, en Lankaster, en Samlesbury, de Inglaterra, en Zugarramurdi de España, que había viajado por la región de Transilvania en Rumanía, que tenia relaciones con los terribles vampiros de Bulgaria y que había alternado con los brujos de Hungría, en  la ciudad de Szeged, acudiendo  a la llamada de la reina de las brujas Erika Szegedi para la reunión de brujas y de brujos demostrativa de su existencia en Europa contra las manifestaciones de Konyves Kalman de que ya no quedaban brujas allí.  Dorgan frecuentó los círculos espiritistas franceses y había hecho demostraciones de desdoblamiento astral. En la India era conocido como el gurú blanco  y había practicado el fakirismo. Se sabía  que durante su estancia en la India frecuentaba templos de los Sijs. De hecho tenía un tatuaje en un brazo con un simbolo Sij muy importante.
Lo más preocupante sin embargo fue saber que era una autoridad en ciencias ocultas, que había estado viviendo en Brasil, practicando el candomble y dirigiendo largas sesiones de Vudú evocando el regreso de zombis en rituales regados con abundante sangre de gallina, o que por lo menos de gallina  parecía.   
Gúdula estaba muerta en una postura que hacía pensar en un ritual satánico precisamente porque el símbolo de Satán apareció pintado con carmín en el espejo del cuarto de baño, cosa que parece solo de película pero en la realidad aparecen notas o signos pintados con carmín en espejos, en casi el 85 por ciento de los asesinatos de mujeres... 

Dorgan había gastado una fortuna viajando por Europa por Asia y por América y al quedarse sin un duro pensó en Gúdula, que era millonaria y fácil de embaucar, porque él la conocía muy bien y sabía de su paradero en un pueblo perdido en las montañas de Santander cuidando a su padre y ordeñando vacas. Consiguió casarse con ella pero enseguida se dio cuenta de que le ponía los cuernos desde la misma noche de bodas y pretendió chantajearla inútilmente, porque romper lo que se dice romper  todavía no le interesaba. 

Gumersindo Carracedo trazó un plan para conocer los pasos de Dorgan el día del crimen. Considerando que Gúdula había sido vista por el recepcionista del Hotel a las 18H10 aproximadamente, desde luego después de las seis de la tarde, hora de comenzar la sesión de hemodiálisis de Dorgan y que se había descubierto el crimen por una limpiadora que había ido a la habitación de Gúdula a las 20H30 cuando la sesión de hemodiálisis todavía no había terminado. Para no ponerlo sobre aviso, se montó un dispositivo de vigilancia sobre Dorgan...pero su coartada era más que solida y se le descartó como sospechoso a pesar de que sus huellas aparecían como cardenales en el cuello de Gúdula.

El expediente se cerró con la apostilla de "Asesinada por uno o más desconocidos".

Mi segunda novela (Uno)

Asesinato en el Hotel Emilio.

CAPITULO I. 

Introducción. ´

Donde el autor promete varias cosas y da a conocer los principales personajes de la historia.


Hace tanto tiempo que le vengo prometiendo a mi amigo Santi, que voy a escribir una novela casi imposible, que para compensar la tardanza le prometo in péctore, escribir dos para compensar la larga espera y para que la espera que queda no sea en vano. ¿Y porqué prometer dos novelas, cuando ni siquiera empecé a escribir la primera? ¿Y porqué una promesa in péctore ?  Pues porque mi novela potencial se iba forjando en mi cabeza poco a poco y en un momento dado de ese ir yendo, publiqué algunos aspectos de su trama principal que no puedo obviar ahora. 
Inesperadamente, cuando la novela favorita que ya tenía anunciada, estaba muy avanzada y casi madura, irrumpió emergente la segunda novela en una carrera tan desenfrenada contra la primera, que me rompió su estructura básica, haciendo trizas virtuales aquel proyecto. Contra situaciones y personajes que se rebelan prefiero no luchar, ya me hice a la idea de que no es posible para mi el cocinar dos novelas a la vez en los entresijos de mis circunvoluciones cerebrales. Por lo tanto me dispongo a escribir mi segunda novela y ya reconstruiré mas adelante la primera para publicarla a continuación, pero no quiero que Santi  sepa  que ya voy a hacerlo y de ahí que la promesa sea in péctore, además hace tiempo que quería hacer una promesa de esta clase porque me parece muy elegante aunque cursi..     

Por lo tanto empiezo a escribir ahora mismo la que realmente es mi segunda novela, ordenando un poco las ideas a la vez, restándoles algo de la arrolladora vehemencia que la trajo hasta mi. Como jamás ni siquiera intenté  escribir un cuento y mucho menos una novela que requieren aquello tan ortodoxo de Introducción - Nudo - Desenlace que aprendí en los prolegómenos de las lejanas clases que recibí de Literatura.

De cualquier forma la novela que me bulle en la cabeza es un novela corta de misterio, que se desarrolla en una imaginaria pequeña ciudad muy aburrida en invierno y muy divertida en verano. Pero para mi novela, le quito la parte del verano, ahondo más en la parte invernal, porque me conviene una ciudad lúgubre que a estas alturas del invierno llene las calles de la bruma que sube  desde el mar, arrastrando el polvo de la rosada que lo empapa todo. La bruma termina encharcando las calles mal alumbradas y las luces de los faroles rielan entre los adoquines traicioneros del suelo mojado que todos los transeúntes de la noche esquivan para no romperse un tobillo. La rara por escasa luz y la bruma reunidas, consiguen darle a la hermosa pero imaginaria ciudad el ambiente necesario para que la muerte de Gúdula, presuntamente asesinada por persona o personas desconocidas, horrorice a todo el pueblo. 

Pues bien, aunque describí elegantemente el aspecto nocturno de mi lúgubre ciudad lo cierto es que toda la novela se desarrolla en interiores luminosos y  de día.
 Gúdula es el personaje central de la trama fundamental de un asesinato, victima, en unión de Dorgan, principal sospechoso con una coartada perfecta, y Carracedo, un ex Comisario de Policia, que todos llaman Comisario sin más, retirado y viudo que finalmente se ha decidido a vivir con Matilde, mujer quince años más joven que él, que le llama corderito mío y cosas por el estilo en público, sonrojándolo increíblemente y demostrando con  el visible arrebol de sus atezadas mejillas, que este amor tardío lo ha vuelto medio tonto. El amor tardío a ciertas edades y según entre  que personas, hay que encajarlo y disimularlo bien, para no hacer el ridículo. 
Matilde es una viuda de buen ver, sin hijos, ni gorda ni flaca, lo suficientemente rellenita para que le guste mucho a Carracedo, cocina bien, cobra una buena paga de viudedad por lo que es muy independiente desde el punto de vista económico. Al principio de su nueva relación de pareja quería casarse, pero después supo que por casarse,  perdía bastante de lo que cobraba, mientras que Carracedo conservaba todo y además le complementaban el sueldo por tener mujer. Matide se convenció que era mejor vivir en pecado con las dos pagas intactas que pasar penurias, con media paga de Carracedo cada uno, pero criticaba con amargura al gobierno porque ella no entendía aquella  disposición legal y aseguraba que votaría para siempre al partido que no le restara ni un euro de su paga al casarse otra vez en segundas nupcias. También, aunque se considere una falta de modestia por mi parte, soy un personaje importante de la novela como testigo excepcional, como condiscípulo de Gúdula y de Dorgan en el Bachillerato y vecino de Carracedo, aunque en esta ciudad todos seamos realmente vecinos. 
Sin duda he sabido aportar noticias importantes sobre los implicados en el presunto crimen, ayudando  a poner las cartas boca arriba, porque yo sabía más de Gúdula y de Dorgan que el propio Comisario.


Gúdula, en los tiempos de Colegio, cuando yo la conocí era fea y peluda, tenía tanto pelo que se le desparramaba por la cara. Poseía una cabellera abundante rizada y disparada por encima de las orejas. Tenía unas cejas tan pobladas, que parecían una sola y que le colgaban sobre los ojos dándole un aspecto siniestro y una mirada que se me antojaba torva...No se afeitaba el bigote, ni la barba, ni el entrecejo, ni por supuesto las piernas, debido a que su padre amaba lo natural y no le permitía usar ceras ni cuchillas. Yo pienso que era muy cínico pues nunca me pareció normal bautizar a su hija como Gúdula y encima condenarla a llevar bigote. Cuando ella se ponía el maillot por las mañanas los pocos días de sol que disfrutábamos en Cancún Pequeño, que así llamábamos a la playa artificial fabricada por el Ayuntamiento en un rincón de la bahía, seguía desparramando pelo porque a pesar de ser un bañador muy entero, era incapaz de contener el pelo sobrante, especialmente el del sobaco, pero no sólo el del sobaco. En fin Gúdula era horrorosa, cosa que me fastidiaba mucho porque yo siempre afirmaba que no hay mujer fea.
Cro- magnon man
La crueldad de los niños y de los adolescentes la persiguió toda su vida de colegial, le llamaron fea de todas las formas imaginables apodándola con los motes más crueles del diccionario e inventando otros más ofensivos todavía. Lo más leve que le llamaban pero que también fue lo mas frecuente, era mujer del Cro Magnon, o Cro-Magnon woman, contraponiéndolo a Cro-Magnon man porque ciertamente hay pocas imágenes o ninguna de la mujer del Cro-Magnon y Gúdula podría ser su prototipo

Gúdula desapareció al terminar el Bachillerato seguida de muy mala fama, por aquello que del árbol caído todo el mundo hace astillas, la relacionaban con un profesor casado que tenía peor fama todavía de poco escrupuloso, que por cierto también desapareció. Parece ser que emigró a Méjico y nunca más volvió.  De ella se dijo de todo sin demostrar la verdad de nada, que fue bailarina exótica en un cafetucho de Beirut, que estuvo trabajando de profesional en un prostíbulo de carretera, que su padre la había echado de casa, que estuvo en Guinea trabajando en casa de Anita Guau, actuando en su mini espectáculo consistente en agarrar monedas de la esquina de una mesa con los grandes labios de la vulva, etc.
Lo cierto es que tuve noticias de Gúdula contrastadas, varias veces, de que había muerto su madre, que por cierto decían que era una santa porque donde la ponías allí se quedaba. Más tarde murió su padre alcoholizado, en una pequeña aldea  de Santander, sin pena de nadie, su caja la llevaron al cementerio a hombros de cuatro porteadores contratados por la funeraria, con un cura abriendo camino llevando un paraguas abierto porque empezaba a chispear y detrás un empleado del Ayuntamiento responsable de  las llaves para abrir el Camposanto, acompañado de Gúdula y de Dorgan.. 

Me enteré también de que Gúdula volvió con su padre a la muerte de su madre para cuidarlo y que había heredado tierras, casas, acciones y dinero en abundancia, porque su padre, un tacaño empedernido, atesoraba el dinero viviendo como un miserable, sin gastar ni un duro en su mujer ni en su única hija Gúdula.
Pero decían las malas lenguas del pueblo, las  de siempre, que Gúdula, a partir de la muerte de su madre, se había hecho un peto importante, un saneado peto, cuidando la vejez de su padre, sisando en las compras y con pequeños hurtos cotidianos en sus bolsillos, que saqueaba por la noche mientras él dormía la mona. 
Pasado algún tiempo desde estos acontecimientos, se rumoreó insistentemente que Gúdula volvía al pueblo para quedarse, que había tenido un hijo de no se sabe quien, hijo que nadie vio nunca, que se había hecho una depilación corporal total, por un procedimiento definitivo, que le había eliminado todo el vello superfluo, que ya no tenía bigote ni pelo en el sobaco, que ya no tenía sobacos en fin, puesto que ahora lucía axilas perfumadas... En fin que Gúdula volvía guapa y millonaria. 
Aunque también resultaba inquietante que por una parte, con Gúdula hubieran  vuelto Dorgan y Caracona y por otra que Gúdula acudiera a la peluqueria de Pepitillo que tanta mala fama tenía.
Sin embargo, la envidia empezó a galopar por el pueblo; sobre todo entre las chicas casaderas socias del Círculo de Caza, que veían a los mejores mozos disponibles, ansiosamente expectantes sin poder disimular por lo menos la curiosidad de ver a una Gúdula metamorfoseada en bolboreta, que es una linda palabra gallega  que significa mariposa, con sinónimos como choruma o papola que también son lindos, y sobre todo millonaria, palabra que para algunos era más linda que bolboreta, choruma papola juntas.   

sábado, 27 de diciembre de 2014

C.- LOS SANTOS INOCENTES.

Herodes I el Grande.
Al principio la fiesta de las bromas más bien pesadas y sangrientas que se celebraban por casi todos los pueblos de Europa y en rituales de los druidas, tenían lugar en sitios  y fechas muy dispersos. La Iglesia Católica trató de suavizar las bromas haciéndolas menos pesadas y más llevaderas y de unificar las fechas en el 28 de diciembre, instaurando el día de los Santos Inocentes. Pero no todas las tribus celtas aceptaron esto de buen grado, hubo regiones que siguieron con bromas excesivamente sangrientas y de mal gusto desde la primera quincena de diciembre inclusive como es el caso de algunos lugares de la Pontevedra profunda y el de algunas zonas de la Irlanda gaélica.

Ahora, sin embargo, en la mayor parte de los casos las bromas se gastan tal dia como hoy 28 de diciembre y  las bromas se llaman inocentadas. Con pequeñas excepciones.
Hace algunos años las bromas se gastaban a diestro y siniestro, con cartas falsas por ejemplo. Yo solía disfrazarme con fines diversos, pedir limosna, servir y cobrar  a domicilio  botellas de butano vacías, etc.  
Caballo atropellado, inocentada de la
Pontevedra profunda.
Una vez vestido de pobre fui a pedir por las casas de mis amigos con la certeza de que la gente no mira la cara de los pobres por razones que se me escapan pero que acaso sea porque la existencia de pobres crea complejo de culpabilidad y en eso se basaba mi exitoso anonimato.  Algunas veces llegué a reunir más de 100 pesetas que le daba al párroco de  mi barrio para los pobres. En una ocasión creí que me habían reconocido por los cuchicheos que escuchaba y entré pasillo adelante cuando mi amigo y compañero Emilio venía para darme la limosna, entonces comprendí que no me habían reconocido y que la discusión marido-mujer era para cuantificar la limosna-aguinaldo  que en este caso era ciertamente generosa. Entonces tuve que darme a conocer pero cobrando el aguinaldo..
En otra ocasión al darme la limosna, algo escasa para mi gusto, al marchar le dije al dador: ¡Adiós Tato! Él, sorprendido, me preguntó: ¿En que borrachera nos conocimos?
Actualmente se ha perdido la costumbre generalizada  de gastar bromas y las inocentadas han quedado  reducidas al ambiente periodístico.

La fiesta de los Santos Inocentes es un episodio hagiográfico que conmemora la masacre de niños israelitas menores de dos años perpetrada por Herodes I el Grande,  para deshacerse inútilmente del recién nacido Jesús de Nazaret. 

Hay inocentadas muy famosas e incluso hay publicadas antologías y recopilaciones de muchísimas inocentadas. Pero, empero y sin embargo hay otras muchas muy buenas, que pasaron desapercibidas o no percibidas como inocentadas. porque se publicaron antes de un dia 28 de diciembre, como es el caso de las publicadas el dia tradicional de la bromas en la Pontevedra profunda, ejemplo, la del caballo atropellado, que en realidad es un montaje basado en el atropello, en un Rallye, de un camello a 180 Km por hora, que aparece en  You Tube, camello que se recuperó del batacazo, o el montaje de la Irlanda gaélica de la señora que toca la flauta con la vagina.




                                           Señora que toca la flauta con la vagina, 
                                                  inocentada de la Irlanda gaélica,

CI.- ESTADISTICAS, DIÁLISIS Y GOTA.

La verdad es que a mi las estadísticas que se refieren a gente entre la que me encontraba, casi siempre me beneficiaron porque yo estaba  en el tramo desfavorecido de la población estudiada y las estadísticas mejoraban mi estatus.. Aparte de que en una ocasión me encontré que aquel año me había comido cuatro pollos sin enterarme, porque yo no empecé a comer pollos hasta que se establecieron por toda España los hornos de asarlos al ast, pero así figuraba en una estadística de hábitos de los españoles varones. Y en las estadísticas  de andar por casa que hacía Don Olegario  para conocer los perfiles habituales de las gentes del barrio, salí tan beneficiado que fui propierario de medio Rolls Royce primero y de uno entero después, cuando don Ildefonso Roberto Carlos Pérez-Bermejo y Bovedilla de las Atalayas cuya casa solariega estaba en la plaza principal del barrio, compró el Segundo Rolls poco antes de casarse en segundas nupcias. Naturalmente al casarse, el segundo Rolls Royce  se lo regaló a su mujer y así yo perdí medio Rolls, porque desde el punto de vista estadístico medio Rolls se lo regalé yo. El Rolls no se averiaba jamás y en una ocasión que dejó tirado a don Ildefonso Roberto Carlos, la Rolls se lo reparó gratis como era una práctica habitual de la marca, porque un Rolls nunca se averia. No me extraña que la Rolls haya desaparecido.
Don Olegario por su parte tenía una academia de preparación para ingreso en la Armada y hacía estadísticas de andar por casa como la que él titulaba "perfil de los solteros mayores de cuarenta años", por la que yo llegue a tener un Rolls Royce, ya que Don Ildefonso Roberto Carlos y yo, que solo me llamo Ramón, eramos los únicos solteros mayores de cuarenta y gracias a eso también, yo tenía dos nombres de pila. Don Olegario hacía las estadísticas con fines didácticos muy efectivos.
A mi la Estadística me gustaba tanto que me hice especialista en Estadística Militar y supe que los marineros y soldados más bajitos que llegaban al Servicio Militar - que aún había -  eran de Extremadura y que eran especialmente apreciados porque, sobre todo en la Marina, donde hace falta personal que pueda meterse en recovecos increíbles de los barcos...
Pero algunas estadísticas también me dieron verdaderos sustos. Por ejemplo, descubrí a mis treinta y ocho años que  la esperanza de vida de los españoles varones nacidos en 1930 era de cuarenta y nueve años y que solamente dos de esa población llegaríamos a cumplir los 90. Como me pareció que la fecha estaba a la vuelta de la esquina  empecé a prepararme para morir bien, ajustándome lo más posible a todas las religiones monoteístas y mi conducta a dos o tres filosofías de corte occidental para asegurarme la entrada en el paraíso. Pero habiendo cumplído los sesenta y cinco también sin novedad me dispuse a investigar que había pasado, buscando en un Anuario Estadístíco cuya finalidad básica era hacer cálculo de primas de Seguros de Vida, y me encontré con cambios sustanciales como que la esperanza de vida de los españoles varones nacidos en 1930 que ya hubieran cumplido los sesenta y cinco era de  setenta cuatro años - no de cuarenta y nueve y que mi posibilidad de llegar a los noventa se había multiplicado por diez a pesar de tener procesos reiterados de podagra.
Esta esperanza de vida corregida me dio un respiro, la verdad, que lo estoy aprovechando para profundizar en las paradojas de la estádistica, especialmente en la de Simpson, en la de Arrow, en la de Monty Hall, en la del cumpleaños, que funciona perfectamente porque la comprobé varias veces e incluso gané una apuesta con ella,  en la del ascensor que no puedo comprobar porque el ascensor de mi casa solamente accede a cinco pisos....

Y cuando ya había sobrepasado ligeramente mi  esperanza de vída corregida me ocurrió que manché seriamente el calzoncillo y, hombre, yo era mayorcito pero no tanto como para perder  el control de los esfínteres, por lo que me fui al médico a consultar aquella anomalía. Me hicieron una colonoscopia en plan bestia y al final, sin hacer que me sentara y sin prepararme sicológicamente me espetaron que tenía cáncer...pero no me inmuté, enseguida pensé que la estadística me ayudaría a superarlo.

En efecto: preoperatorio, operación, etc,, etc. todo el protocolo, y pasado un año del postoperatorio, descubro alborozado en mi Anuario Estadístico de cabecera, esta vez también cotejando los datos en internet, que la supervivencia media después de mi cáncer lleva mi nueva esperanza de vida hasta los ochenta y dos, ocho años más que la de españoles varones nacidos en el año 1930  que hubieran cumplido los sesenta y cinco.

Pues dale que te pego, porque sobrepasé los ochenta y dos y a los ochenta y tres años me da un infarto de caballo  y me quedo sin función renal, pasando a hemodiálisis inmediatamente cosa que probablemente me salvó la vida,
Mi hijo que me lleva la corriente en lo del cachondeo estadístico sobre mi esperanza de vida me dice que compruebe mi nuevo estatus. después de perder la función renal. 

Pues mi hijo se ha quedado pegado porque la Supervivencia en Diálisis ha llevado  mi Esperanza de Vida, corregidísima, hasta los noventa años, cosa que ya vaticinaba la estadística corregida de los nacidos en mil novecientos treinta que hubieramos cumplido  los sesenta y cinco. 

He aquí pues una nueva paradoja:  Cuanto más vives, en lugar de ser más probable que te mueras, resulta que puedes vivir más todavía si cabe... (¿gracias  al progreso de la medicina? No, gracias a la estadística.)

Como colofón les contaré que cuando  todavía disfrutaba de función renal y me atiborraba de pastillas  para eliminar el exceso de ácido úrico (alopurinol), para evitar la acumulación en las articulaciones de cristales de urato monosódico (colchicina)  y tomaba prednisona a mayores para aliviar la inflamación del dedo gordo de mi pie derecho, que  repetía la gota  con relativa frecuencia no encontraba la forma de eliminar mi podagra. Pero ahora que la hemodiálisis es una caricatura de la función renal, que realmente un dializador equivale a menos de un quince por ciento de un riñón, me han suprimido el alopurinol, la colchicina y la prednisona, es decir,  los medicamentos descritos más arriba porque resulta que es menos probable tener gota en hemodiálisis que con la función renal al 50 % (?) 

Por eso cuando se me inflama el dedo que antes padecía de podagra, en lugar de tomar prednisona, llamo a mi podóloga que se vuelve loca buscándome durezas, grietas, lobanillo, ojos de gallo y hasta callos debajo de la uña del dedo gordo, para finalmente asegurarme una y otra vez que el dolor y la inflamación de mi dedo de virrey debe  ser por otra cosa... pero como en hemodialisis es muy poco probable padecer de gota yo la sigo llamando cada vez que se me inflama el dedo.


 ¿Jugarreta de la estadística que igual quiere menguar lo bien que me trató hasta ahora?.