jueves, 2 de octubre de 2014

LXII.- Va de chistes-.




En todo el mundo hay payasos, humoristas y cómicos famosos, e incluso graciosos  anónimos que cuentan tan bien los chistes  como los puede contar Chiquito de la Calzada. En todo el mundo existe la parodia, el sarcasmo, el retintín y la guasa. Por eso hay antologías de chistes por todas partes, de animales, de borrachos, de médicos, etc. y además hay de belgas en Francia, de escoceses en el Reino Unido, y, para no hacer interminable la lista, de vascos, de gallegos, de andaluces,  de canarios, de leperos, de baturros y de catalanes, en España. 
Un chiste de belgas de Francia o de un escocés en el Reino Unido, podría ser uno de catalanes de aquí. Se usan estereotipos de personalidades más o menos admitidas. De vascos fanfarrones (Oiga, que soy de Bilbao.), de gallegos desconfiados (¿Sube o baja?- Según), de andaluces guarnios (dos andaluces llevan una escoba al hombro cogiéndola cada uno por un extremo), de canarios aplatanados (dos canarios llevan una escoba turnándose),  de leperos  cortitos  (le dices que suba a la primera planta y te lo encuentras encaramado a un ficus), de baturros (que es un apartado en el que caben a la vez los chistes de tercos y los de leperos)  y por último los de catalanes tacaños:
Un baturro subido al palo mayor de una carabela haciendo de vigía:¡Barco pirata español a la vista!-¿Y como sabes que es español?- Porque todos estan discutiendo con el capitán,
Un catalán (o escocés o belga) busca y rebusca por el suelo- incluso levantando piedras - y le dice su
amigo, ¿Que buscas? - Es que me cayó un euro. - Hombre, un euro no va a ninguna parte. Es lo que digo yo, tendría que estar por aquí.


SNL 611 Le redoutable.
Bueno, pues con ocasión de la llegada a Toulón  del submarino Le redoutable, hubo una comida en la Cámara de Oficiales de la Base de Submarinos, a la que fuimos invitados mi amigo Antonio, que no es ningún diplomático, y yo.
En la mesa donde nos tocó, eramos un estadounidense, un inglés , dos franceses , Antonio y yo. Todo el mundo contó cuentos, empleando cada uno su gerigonza de marinero, mezclando idiomas. Muchas risas pero después había que explicárselos al americano. que era la mejor forma de estropearlos. Pues mi amigo Antonio se atrevio y contó su chiste, helo aquí:

Un alemán, un libro gordo, con pastas de cuero y bisagras de hierro, imposible de leer; dos alemanes, una industria pesada; tres alemanes, una guerra mundial.
Un ruso una perestroika, dos rusos  partida de Ajedrez, tres rusos, un gulag.

Sello conmemorativo del priner
submarino nuclear francés-

Un americano, un perrito caliente; dos americanos, dos perritos calientes; tres americanos, tres perritos calientes.
Un inglés, un fumador de pipa; dos ingleses un partida de cricket; tres ingleses, el asalto al Peñón de Gibraltar.
Un francés, un gourmet; dos franceses, una guillotina; tres franceses, Monsieur Dupont, Madame Dupont y el amigo de Madame Dupont...

Aquí se terminó la sobremesa, solamente se rió el americano, pero además nadie quiso explicarle el chiste.





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