FIRMA
INVITADA
Ángeles Alvariño:
humana y entrañable
31 de mayo de 2015. Actualizado a las 05:00 h.
La Real Academia Galega de Ciencias dedica su primer Día da Ciencia en Galicia, que se celebra mañana, lunes, a la investigadora marina Ángeles Alvariño González (1916-2005). Como es bastante conocido, primero trabajó en el Instituto Español de Oceanografía, con una estancia formativa en el laboratorio Marino de Plymouth, del Reino Unido, y otra en la Woods Hole Oceanographic Institution de Masachusetts. Posteriormente trabajó en la Scripps Institution of Oceanography y en el Southwest Fisheries Research Center, estos dos últimos en La Jolla, California, donde tuve el honor de conocerla.
Sobre la importancia de los trabajos de Ángeles Alvariño en la investigación marina en Galicia, España, Reino Unido y Estados Unidos se han publicado muchas noticias estos días. Por eso, en este artículo prefiero comentar fundamentalmente su aspecto humano.
Ángeles Alvariño era una persona realmente entrañable, aunque no necesariamente fácil al principio. Cuando la conocí en el Southwest Fisheries Research Center de La Jolla, en 1984, ya era una investigadora de primer nivel mundial. Como me dieron un despacho justo enfrente al de ella, fui a saludarla a su laboratorio y realmente impresionaba. Me encontré con una mujer muy seria, incluso en el primer momento me pareció algo seca, pero que después de escrutarme con su mirada analítica y casi inquisidora, comenzó a tratarme como si me conociese de toda la vida. Me hablaba de investigación, de ciencia, pero también de la vida en general. Y me hacía una crítica, creo que en parte autocrítica, de la ciencia y los investigadores en España. Seguía estando orgullosa de ser española y querría que todos los investigadores españoles fuesen brillantes como ella. Evidentemente, no lo éramos. Y ella nos azuzaba para que mejorásemos.
Ángeles Alvariño cuidaba y protegía a «sus españoles», pero sin aparentes grandes contemplaciones. En una conferencia que di en La Jolla, empecé pidiendo disculpas por mi mal inglés, que era, y sigue siendo, «muy mejorable». Al finalizar la charla, ella, que estaba allí apoyándome, aunque en gran parte me intimidaba su presencia, me riñó muchísimo por haberme disculpado por mi mal inglés. Consideraba que el nivel era suficiente y, sobre todo, que un español no tenía por qué ir disculpándose de todo, como es habitual en nosotros por nuestro histórico complejo de inferioridad. Pero, felizmente, me dio un «suficiente» en la charla, lo que me hizo respirar con algo de tranquilidad.
Sobre este problema de miedo escénico de los españoles en el mundo científico reflexionó mucho y lo expone, evidentemente con otras palabras, en su libro sobre la expedición de Malaspina, España y la primera expedición científica oceánica, 1789-1794. Malaspina y Bustamante con las corbetas Descubierta y Atrevida. Ella reflexiona con cierta sorpresa sobre la poca difusión que se hizo de esta expedición, que tuvo unos resultados espectaculares, pero que no se hicieron públicos hasta un siglo más tarde. También comenta el problema de la poca difusión de los extraordinarios trabajos científicos españoles de la época, al igual que en gran parte sigue ocurriendo en la actualidad. Es necesario hacer investigación de gran calidad. Pero también es necesario publicarla en libros y revistas científicas de gran difusión.
Tuve una enorme suerte en conocerla. Creo que nos hablábamos casi todos los días en el laboratorio y tuve también la enorme suerte de que me invitara en varias ocasiones a comer y pasar la tarde de los sábados en su casa, desde donde contemplaba el océano Pacífico, que está a unos metros de distancia, según sus propias palabras, donde pasábamos la tarde charlando de lo humano y de lo divino y disfrutábamos del sol de California, de las plantas de su jardín, de su entrañable familia y de sus amigos.
Conservo estos magníficos recuerdos de una científica de primer orden, pionera, emprendedora, de carácter fuerte, pero entrañable, y que cuidaba a los jóvenes, y no tan jóvenes, españoles, con mucha atención aunque seguramente con pocos paños calientes. Gracias, Ángeles. Te mereces que se te dedique el Día da Ciencia en Galicia y mucho más.
Si señor, mucho más, porque aunque la firma invitada que es Don Alberto González Garcés no menciona que Angeles Alvariño era ferrolana nacida en la parroquia de Serantes, pero cuenta como era y para mi que todo lo que dice de ella, es acertadísimo. Cuenta no solo como era sino también lo que valía, porque yo la conocí y pienso lo mismo.
En dos entregas de este blog ya hablé de ella pero no lo suficiente (Ver en El Camaron de Malabo: LXXIII. Cosas antiguas de Ferrol. y XLVI Tres.- FOTOS ANTIGUAS DE FERROL ).
Sin embargo voy a hablar de ella otra vez.
Hoy me sorprendió muy agradablemente un reportaje sobre la señorita Angeles, que así le llamaba yo, que emitió la Television de Galicia, esta mañana motivado porque la Academia Gallega de Ciencias, le dedica el primero de sucesivos días de Galicia que se llamarán Dia da Ciencia.
Sin embargo voy a hablar de ella otra vez.
Hoy me sorprendió muy agradablemente un reportaje sobre la señorita Angeles, que así le llamaba yo, que emitió la Television de Galicia, esta mañana motivado porque la Academia Gallega de Ciencias, le dedica el primero de sucesivos días de Galicia que se llamarán Dia da Ciencia.
Primera:
Que era una ferrolana conocida internacionalmente.
Spanish American fishery research biologist and marine scientist Dr. Angeles Alvariño (1916–2005)
became one of the few global authorities on certain types of marine plankton. She discovered 22 new species of ocean animals and made great contributions to the scientific understanding of small marine life forms during the course of her career. Alvariño published over a hundred scientific books, chapters, and articles, and dedicated her later years to studying the historical aspects of early marine science and exploration.
Read more: http://www.notablebiographies.com/supp/Supplement-A-Bu-and-Obituaries/Alvari-o-Angeles.html#ixzz3bjr2Qx8X
Segunda:
Que descubrió 23 especies marinas y no 22 como se pone en sus biografías.
En el reportaje que le dedicó la Televisión de Galicia, hoy, dia 31 de Mayo por estar dedicado a ella el primer Dia da Ciencia, su hija Angeles Leira Alvariño volvió a recordar lo de las 23 especies y ella tiene documentos y dibujos originales que lo demuestran.
Tercera:
Que en sus biografías figura que hizo sus estudios en el IES Concepción Arenal de Ferrol pero no figura que dio clase de Cosmología en el Centro de Enseñanza General de la misma ciudad, desasnando a unos trescientos, o más, ferrolanitos y simpatizantes, como yo, que soy ferrolano por vocación. Desasnar a tantos ferrolanitos bien puede equipararse a descubrir una especie de zooplancton.
Cuarta:
Que con muchos menos méritos hay personas que tienen calle a su nombre en Ferrol..
Sugerencia:
La calle Dolores siempre tuvo dos nombre pero actualmente tiene uno libre.
Angeles dió clase en el Centro de Enseñanza General, que estaba donde hoy está el Supermercado de El Corte Ingles, precisamente en la Calle Dolores que tiene uno de sus dos nombres vacante.
Calle de Angeles Alvariño, suena bien.
Esta entrega de Tonterías Municipales y Ferrolanos olvidados es la segunda parte de otra entrega con el mismo título. Quiero acabar con una carta abierta al Señor Alcalde.
Señor Alcalde;
Con todo mi respeto, menos estatuas de dudoso gusto y más diligencia en mantener un callejero de la Ciudad como Dios manda.
Atte:
Ramon Terrones Pazos
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