Traemos aquí una historia de sequoias rojas combinando noticias de la Wikipedia y de ...
Sequoia sempervirens
Sequoia sempervirens es la única especie de Sequoia, un género monotípico de plantas perteneciente a la familia de las Cupressaceae, subfamilia Sequoioideae.. Es conocida vulgarmente como secuoya roja o secuoya de California. Es un árbol perennifolio muy longevo (entre 2000 y 3000 años) y la conífera más alta que existe, llegando a alcanzar 115,61 m de altura (sin incluir las raíces) y 7,9 m de diámetro en su base. No hay que confundirla con otras dos especies a las que también se llaman secoyas o secuoyas, y con las que integra la subfamilia Sequoioideae: la secoya gigante (Sequoiadendron giganteum) que alcanza alturas de hasta 85 m y la metasecoya (Metasequoia glyptostroboides), de menor altura (hasta 105 m). El nombre por el cual actualmente son internacionalmente apeladas estas coníferas típicas de la Alta California y del Oregón les fue dado en homenaje al jefe cheroqui llamado Sequoyah, si bien cabe consignar que los cheroqui y su confederación habitaban en el centro-este de América del Norte y nunca en los lugares donde crecen estos árboles.
Introducción artificial de la SEQUOIA.
Fue introducida en Europa en 1843 y hoy en día es popular en parques europeos dado su alto valor ornamental. En España pueden encontrarse en la provincia de Granada, cerca de la localidad de Puebla de Don Fadrique, concretamente en el Cortijo de la Losa (hoy propiedad de Alfonso de Bustos, Barón de Bellpuit). Estas secuoyas fueron un regalo del duque de Wellington al Marqués de Corvera en la segunda mitad del siglo XIX. Las especies que hay son la Sequoiadendron giganteum y la Sequoia sempervirens. Los lugareños las llaman mariantonias, posiblemente debido a que también se conocen estos árboles como velintonia por ser un regalo del duque de Wellington.
En Cantabria disfrutan de un singular bosquete de Secuoyas, declarado monumento natural en 2003, Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón. La superficie de la citada formación es de 2467 ha, compuesta por 848 pies de Sequoia sempervirens y 25 pies de Pinus radiata. Fue plantada a finales de los años 40 y presenta un aspecto espectacular tanto por las dimensiones de los pies, con diámetros superiores al metro y alturas próximas a los 40 metros, como por el aspecto denso y cerrado de la masa provocando que apenas llegue luz al suelo.
Pues bien, en el artículo de Wikipedia sobre la Sequoia sempervireens (o squoia roja) cuyos fragmentos anteceden, y concretamente en el segundo, sobre la Introdución artificial de este tipo de sequoia en Europa, no hace constar que en España además de los bosques citados allí, existe en Galicia un bosque de Sequoias en Poio (Pontevedra). En efecto:
En Aris, al pie del monte Castrove y camino de A Escusa (Poio), aún son muchos los que recuerdan el desembarco a finales de 1992 de un grupo de jóvenes estadounidenses. Fue el germen del Bosque de Colón, el considerado como mayor bosque de secuoyas de Europa. «Viñeron de California para plantar os árbores e se repartiron polas casas dos veciños mentres estiveron aquí», rememora José Rodríguez Couselo, quien se estrenó en la presidencia de la comunidad de montes de San Xoán, cargo que aún ostenta, con este proyecto.
En casa de este comunero cuelga, enmarcada, la resolución del Congreso de Estados Unidos autorizando lo que catalogan como «un regalo a la gente de España» para conmemorar «el quinto centenario del viaje de Cristóbal Colón»: el envío de quinientas secuoyas rojas a la provincia de Pontevedra. Pasadas más de dos décadas de aquella fecha, Rodríguez Couselo aún desconoce quien pudo situar a O Castrove en la órbita de los Estados Unidos: «Parece ser que alguén lles falou desta zona, pero a verdade é que non sei quen. Iso si, gustoulles o sitio».
El por entonces también concejal deja claro que, antes de traer el medio millar de secuoyas desde California, se cercioraron de la viabilidad de esta apuesta. Así, meses antes de que los congresistas y el propio George Bush padre, por aquellas fechas presidente de los Estados Unidos, conociesen la existencia de Poio, expertos norteamericanos se desplazaron hasta la zona elegida para la plantación y tomaron muestras de la tierra que se llevaron a analizar a su país de procedencia -«fíxose un estudo e, a raíz de aí, foi que se plantaron»-. Tiempo después, dieron luz verde a la iniciativa, pero, eso sí, la supervisaron en todo momento, lo que explica que fuera personal californiano el que acometiera la plantación de la mayor parte de los ejemplares.
Hay opiniones sobre el origen pontevedrés de Colón, concretamente de Poio, que todavía tiene hoy defensores en el mundo.
Hay opiniones sobre el origen pontevedrés de Colón, concretamente de Poio, que todavía tiene hoy defensores en el mundo.
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