En la parte continental de la República de Guinea, antigua Guinea Española, un BONGO podía aparecer en la misma playa y darte un susto de muerte con su cornamenta formidable y temible, aunque su forma, vista de frente recuerde a la bucólica lira. Allí se llamaban antílopes caballo... Los bongos son antílopes, mamíferos artiodáctilos de la familia de los bóvidos, lo mismo que los longhorns de las novelas de vaqueros tejanos, aunque la verdad es que los cornilargos, que así se llaman en castellano los longhorns, no son tan temibles.como los bongos a pesar de sus cuernazos. Pero bóvidos tremebundos aunque también mamíferos artiodáctilos ungulados, fueron las vacas locas que te podían endilgar una encefalopatía espongiforme aprovechando que estabas distraído dando buena cuenta de un chuletón de medio quilo. Yo me quedé asombrado, por las fechas de aquel caso de las vacas locas, de que en un supermercado de Londres, la cola en la carnicería para comprar ternera, fuese más larga que la de la panadería y la de la charcutería juntas; claro, como que la libra de carne de ternera aún pasada la crisis de las encefalopatías, costaba casi la tercera parte de lo normal y no tenía la salida habitual, aunque los ministros de Su Graciosa Majestad se comieran grandes chuletones en público para estimular el apetito carnívoro de los londinenses en particular y de los británicos en general.
Como esto va de bóvidos me acordé de que en Guinea probé, comí y repetí hasta la saciedad un plato de solomillo de Cebú con guarnición de papaya y otras frutas tropicales, que preparaban en el Hotel Bahía de Santa Isabel. Que cenas en la terraza y que sobremesas degustando "contrití", es decir. té del pais en pichinglis.
El toro español, marido de la vaca, también es un bóvido, como la oveja o la cabra, pero nunca fuí capaz de entender esa cursilada de que España es una piel de toro extendida. Probablemente los nacionalistas catalanes tampoco lo entendieron y por eso prohibieron los toros en parte.
También es interesante la vaca rubia como importante bestia para la economia gallega, con la que aprendí a ordeñar y a llevarla para lindar... Un tio político mío y su xenrro tenían entre los dos ocho vacas: Marela, Gallarda, Ruliña, Xovenca, Vermella, Roxa, Morenucha y Careta, que me ayudaron a ser un vaquero aceptable, en versión del farnorest del fin de la tierra.
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En Galicia existen algunos monumentos a la vaca, pero sin duda el más original esta enfrente de mi casa, es tan singular que la gente lo conoce por el MONUMENTO AL CHOCHO DE LA VACA. Es una fuente que echa agua por la parte más lógica para que salgan líquidos...Ahora sale agua pero el dia de la inauguración salía vino por allí y las copas se llenaban directamente para brindar...
Nota.- Si quiere ver imágenes de este artículo entre en eloficiosopochento.blogspot.com
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